Traducción de Alejandro Chirino
La primera vez que uno lee a los Mumin, seguro se sorprende. Lo que encuentra ahí no es una fábula para engañar niños pequeños, sino la expresión de un anarquismo encantador. El presente texto es un intento de aprender un modo de vida alternativo a partir de los Mumin. Asimismo, este texto es una lectura tal cual de los Mumin, no desde la personalidad de la autora, Tove Jansson. La propia Tove es fascinante, pero la dejaremos para otro texto.
Sencillamente vivir
«¿Y si fuera todo lo contrario? Quiero decir, que le interesa todo. Tranquilamente y sin prisas… Bártulos vive, sencillamente» (Memorias de Papá Mumin)[1]
En general, la gente vive para algo: para ganar dinero, para conseguir justicia, para ganar unas elecciones. Por el contrario, los Mumin y sus amigos, aunque atraviesan dificultades, intentan sencillamente vivir. Desde el punto de vista de la gente común eso es algo extraño, y debería de ser vigilado por las fuerzas policíacas. El anarquismo de los Mumin se encuentra en este “sencillamente vivir”. Pues bien, ¿en qué consiste este “sencillamente vivir”?
En primer lugar, es importante vivir con los amigos. El Valle Mumin es una comuna. Un grupo incomprensible se reúne al mismo tiempo que sus miembros se relevan. Tú solo no puedes “sencillamente vivir” por ti mismo, y si vives abrumado por el mundo no se te está permitiendo “sencillamente vivir”. «Había encontrado a mi primer amigo y, así, había empezado a vivir en serio» (Memorias de Papá Mumin). Es necesario construir nuestra propia casa y hacer amigos. Sin embargo, el hecho de que seamos amigos no significa que vivamos juntos en la misma habitación todo el tiempo. Los amigos de los Mumin, fundamentalmente, viven separados. Existe un cambio constante tan solo con que haya miembros vagamente fijos. Ese grado de holgura parece ser el perfecto. Básicamente, los Mumin reciben invitados y los acogen. Al hacer eso, hacen más amigos y se difunden nuevos proyectos. Aun así, no significa que “debemos recibirlos a todos”. Es mejor crear una norma característica de la comuna, como «alguien que come panqueques y confitura no puede ser tan terriblemente peligroso» (El sombrero del mago).
Luego, son importantes las aventuras sin objetivo. “Sencillamente vivir” no significa la repetición de la vida diaria. Mumin y sus amigos siempre prueban los proyectos extravagantes de cada uno de los miembros del grupo: viajar a las montañas o al mar; organizar fiestas por razones incomprensibles; montar obras de teatro; asustar a la policía y quemar sus carteles. Para los Mumin, a esas se les llama “aventuras”. Al ir a una aventura se conocen nuevos amigos y se reorganiza la vida diaria de manera diferente. Y a través de las aventuras, se cuestiona la vida habitual y esta, además, se abre hacia nuevos proyectos. Cotidianidad, aventuras; nueva cotidianidad, nuevas aventuras. “Sencillamente vivir” significa vivir, a través de este ciclo, una vida de constante disfrute.
Los Mumin también nos dan pistas sobre encuentros fortuitos a través de las aventuras. En una casa a la que entraron sin pensarlo, Mumin y sus amigos organizan una fiesta con la señora Filifjonka, quien vive atrapada por las obligaciones, pero, antes de que se dieran cuenta, todos juntos ya habían quemado unos carteles de la policía (Una loca noche de San Juan). Después de eso, los arrestaron. La novedad de la vida experimental es algo que resuena físicamente. Esa novedad cambia a las personas con tan solo una plática entretenida. Con que las personas de una comuna encantadora salgan y se relacionen, algo ocurrirá, y esa comuna encantadora se fortalecerá. Estas relaciones no son organizaciones ni adoctrinamiento partidistas o lógicos. El intercambio físico y sin objetivo, eso es lo importante. Tanto forjar amistades como la insurrección comienzan siempre cuando bailamos gozosamente juntos.
Ver, más que tener
«Lo sé, todo se complica cuando uno quiere apropiarse de las cosas. Yo solo las miro, y cuando me voy me las llevo en la cabeza; así puedo hacer algo más divertido que cargar con un montón de sacos» (La llegada del cometa)
«Sencillamente vivir» significa dar importancia no a la posesión (el tener), sino a la percepción (el ver). Si intentas poseer algo, inevitablemente surgen la autoridad y la dominación: la distinción entre los que tienen y los que no, la obediencia a los que tienen, el temor a la pérdida. Ocurre lo mismo también cuando los amigos están juntos e intentan tomar algo. Por eso es que el Snusmumrik y Mumin dan importancia a “compartir la percepción”. Cuando ves algo junto con tus amigos, ahí no hay dominación. Cuando ven juntos las llamas que encendieron, nace un vínculo que trasciende las relaciones de dominación.
Compartir la percepción es, además, hacer amigos raros. Después de quemar con Mumin y sus amigos los carteles de la policía y ver juntos esas llamas, la Filifjonka comienza a cantar: “Nunca más mi tío, cantaba. ¡Nunca más su mujer!, ¿lo oyes? ¡Nunca, nunca más! ¡Bimbelibambelibú!” (Una loca noche de San Juan). Al obtener un nuevo nombre mientras veía la hoguera del Snusmumrik, el Ti-ti-uu exclama: “Tengo que darme prisa en vivir porque he perdido mucho tiempo hasta ahora” (La niña invisible y otros cuentos). Ninni, quien se había vuelto invisible por una maldición de sus padres, obtiene una nueva apariencia al compartir con sus amigos sus percepciones de ira y de gozo. Al mostrar la diversión de nuestros amigos y compartir esas percepciones, las ondulaciones se hacen más grandes (como la audiencia que observaba la gran trifulca entre Mumin y sus amigos y la policía en un teatro). En resumen, crear la anarquía no se trata de poseer algo (y, por supuesto, no se trata de tomar el poder político o el parlamento), sino de ver algo juntos.
He vivido para encontrarte
«¿Sabes cuál es la diferencia entre el primer amor y el último? Que con el primer amor piensas que es el último, y con el último piensas que es el primero» (Mumin enamorado)
El tema de la salvación a través de los encuentros fortuitos recorre las historias de los Mumin. Una historia, que debería haber empezado sin un objetivo en particular, a partir del encuentro fortuito con aquella persona se reconstruye hacia un final de salvación, como si se hubiera dirigido hacia ahí desde el principio. Eso es lo que significa «sencillamente vivir». Al encontrarse por casualidad con esta persona, con este amigo, la vida se rehace como si hubiera estado destinada a ese encuentro desde el comienzo. Lo inevitable nace de lo fortuito. Mi vida estaba destinada a encontrarte a ti.
Publicado originalmente en el número 30 del periódico informativo mensual japonés Anakizumu 『アナキズム』, 1 de septiembre de 2022.
[1] Todas las citas de los libros de Jansson se toman de las ediciones directas del sueco al castellano publicadas por editorial Siruela, traducidas por Peter Wessel (Memorias de Papá Mumin, La llegada del cometa, El sombrero del mago) y por Mayte Giménez y Pontus Sánchez (La niña invisible y otras historias, Una loca noche de San Juan). Los nombres de los personajes también se toman de estas traducciones; de ahí que, por ejemplo, a Snufkin se le llame aquí “el Snusmumrik”, como originalmente se llama en sueco y se mantiene en castellano, y su padre, Joxaren en sueco y Joxter en inglés, se llame Bártulos, como lo traducen al castellano. Ya que se cotejaron las ediciones en libro electrónico, no se proporcionan números de página.
Fotografía tomada de Arthive
| Alejandro Chirino (Ciudad de México, 1994). Traductor. Escribe poesía, ensayo y cuento. Actualmente se encuentra redactando una tesis sobre el movimiento anarquista japonés contemporáneo. Sus intereses son el anarquismo, la poética y la traducción. Ha publicado en Primera Página, Otros Diálogos, Revista Marabunta y Página Salmón. |
anarquismo contemporáneo, Mumins, sencillamente vivir, filosofía de la amistad, serendipia
